Estos días sueño a menudo con la montaña. Me imagino rutas, las trazo sobre mapas, planeo cuándo podría ir, qué más podría ver... Arrrg y mientras tanto vivo aquí, ¡rodeado de tráfico y edificios! Otra forma de evadirme del mundanal ruido es pasear, pero cuesta encontrar la tranquilidad rodeado de tanto estímulo. Y cuando más me agobio miro hacia arriba y ahí está. Siempre el mismo y siempre diferente. Es el cielo.
viernes, 14 de noviembre de 2008
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