martes, 16 de septiembre de 2008

Hay que tenerla en Cuenca (III)

Al día siguiente pensamos que ya estaba bien de Serranía y decidimos acercarnos a Cuenca capital, eso sí, por carreteras secundarias. Así pudimos ver uno de los pasos de la Cañada Real Conquense, campos y campos de girasoles y cereales, rebaños de ovejas...


Ovejas manchegas a medio vestir


Cuenca es el mayor productor de girasol de España

Por el camino visitamos dos curiosas formaciones geológicas: el Ventano del Diablo y la Ciudad Encantada. El primero es un excelente mirador que se asoma a un precipicio sobre Júcar y la segunda, un conjunto de formas caprichosas que la erosión ha conseguido esculpir en la piedra.


Supermirador


Un capricho de la piedra


Un mar de piedras


Caca tampoco

Y por fin llegamos a Cuenca, justo para comer lo más típico que se pueda: Eva, pucherete y cordero y yo, pisto y morteruelo. Por la tarde, visitamos la ciudad de Jose Luis Perales, que es preciosa (no en vano es Patrimonio de la Humanidad). Se trata de una de las ciudades medievales mejor conservadas de España y su situación, sobre un cerro rocoso bordeado por las hoces del río Júcar al norte y su afluente el río Huécar al sur, la hace única.


Encantada en la ciudad


El Júcar y su Hoz


La Hoz del Huécar


La catedral, imponente


El Cristo del Pasadizo, con leyenda y todo


Un bonito rincón en las ruina de una iglesia


Y, como no, las Casas Colgadas

Eso es todo, amigos ; )

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