Todos los días un joven atravesaba el parque y dejaba una moneda en el sombrero de un mendigo a los pies del cual había un sombrero en el que se leía "SOY CIEGO". Un día le dijo al ciego: hoy no te voy a dejar una moneda, hoy voy a escribir algo en tu cartel. Al atardecer, el joven, al volver a cruzar el parque rumbo a casa, le preguntó al ciego cómo le había ido la jornada. "Ha sido increíble." - le dijo- "Hoy me han llenado el sombrero de monedas, pero dime, ¿qué es lo que pusiste?" "SOY CIEGO Y HOY COMIENZA LA PRIMAVERA", le contestó el joven.
Historia adaptada del prólogo del libro "Storytelling" de Christian Salmon
viernes, 30 de enero de 2009
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2 comentarios:
No me gusta esta historia sobre el efecto de un buen slogan publicitario. Soy chunga.
Pues yo seré corta porque no lo he entendido...También me cuesta la publicidad.
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