Por fin, Tor
Antes de entrar en el propio pueblo, alguien ha tratado de dejar bien claro a quién pertenece todo esto, con mapa y todo. Sabiendo como sabemos lo que ocurrió aquí, da un poco de mal rollo ¿nos encontraremos con el Palanca?
En la pared se lee "Propiedad de la Sociedad de Condueños de Tor. Información en el propio Tor"
Lo primero que nos recibe al llegar son dos coches abandonados al lado de la calle principal. La verdad es que los signos de abandono son claros en todo el pueblo. Me recreé un poco en la herrumbre, lo reconozco...¡pero mirad que colores!
Bueno, dejemos el coche y vamos a ver el pueblo, ¿no?
La casa del centro es donde la Sisqueta sirve comidas en verano
La iglesia está que se cae a trozos
En el interior de ese porche es donde se encontró el cuerpo marchito de Sansa
Deu ni dó!
Imagina todo lo que deben haber visto estas piedras
Andorra está a tan solo tres kilómetros
Gárgola
Recuerda a algo ¿no?
Bueno, hasta aquí ese minireportaje de Tor. Lo cierto es que no pudimos estar mucho rato, pero tampoco había demasiado que ver...lo importante fue llegar. Nos hubiera gustado ver a Lázaro, al Palanca, al Mont o a la Marly... eso si, ¡de lejos!
Nuestro morbo ya está saciado : )
2 comentarios:
El último bastión de resisténcia pagana
Genial la crónica y las afoticos!
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