miércoles, 19 de noviembre de 2008

Monte Perdido I

Hacía tiempo que Ginés y yo lo teníamos en mente. Lo habíamos intentado una vez sin demasiada suerte, debido al tiempo. La espinita seguía clavada y ahora la climatología estaba a nuestro favor. Además estábamos superanimados, a tope de moral. ¿Qué más se podía pedir? Ahora sí podríamos subir al Monte Perdido.


En amarillo, la ruta prevista


En relieve, para el que no le gusten los mapas


Llegamos a Broto el viernes a eso de las 21:00 e hicimos noche en la Casa O'Puente, nuestra segunda casa cuando vamos a Ordesa. Al día siguiente nos levantamos a las 8:00, desayunamos, preparamos los bocatas y nos dirigimos a alquilar el material de montaña: crampones, piolet y raquetas. Yo estaba un poco preocupado porque éramos novatos en uso de ese material...¡y en subir tresmiles y con nieve, claro!


Dos novatos muy novatos

12:02 P.M. Nos cargamos como mulas y emprendemos el camino hacia el refugio ¡con un frío del carajo!


El sol no calienta demasiado y casi todo el camino iremos por sombra: ¡hay que ponerse las pilas!


En el valle siempre hay gente. Casi todos nos adelantan, claro, no van ni la mitad de cargados que nosotros

A medida que vamos subiendo se hace patente que estamos en otoño en el corazón del Pirineo.


Caramba, carambita, vaya carámbanos

Y por fin vemos nuestro objetivo, aún lejano: el Monte Perdido.

El Perdido y a su derecha el Soum de Ramond



14:40 P.M. Llegamos a la Cola de Caballo. Nos comemos el bocata, descansamos un poco y nos dirimos al refugio. No queremos que se nos haga de noche y aún nos queda un trecho.


La Cola de Caballo


La subidita a las clavijas no es moco de pavo


Las clavijas son hasta divertidas...pero con lo cargados que vamos cuestan lo suyo


Una vez superadas las clavijas es obligado echar la vista atrás: impresionante, ¿no?

Por estas latitudes no es inusual toparse con sarrios, que es como llaman en el Pirineo aragonés al rebeco (Rupicapra pyrenaica), una especie que está perfectamente adaptada a la vida en la montaña.


Bonito, ¿eh?

Dejamos atrás al rebeco y continuamos hacia el refugio. Aún queda camino y un par de subidas fuertes. Todavía nos encontraremos con algún "habitante" más en estas montañas.

¡Vamos para arriba!


Este insecto es una Leuctra Hipopus, de la familia de los Plecópteros. Es alucinante que pueda sobrevivir por estos lares

16:35 P.M. Por fin llegamos al refugio de Goriz. Estamos cansados y deseando dejar todo el peso que hemos cargado ¡durante casi cinco horas!


El refugio de Góriz, inaugurado en 1962, será nuestro Campo 1


Hogar dulce hogar


El refugio no es muy grande ni tiene grandes comodidades, pero es acogedor y ¡caliente!

Al día siguiente nos levantaremos tempranito e intentaremos alcanzar la cumbre del Monte Perdido. Esta noche soñaremos con La Escupidera, el punto más negro en cuanto a peligrosidad de todo el Pirineo ¿Conseguiremos la cumbre? No se pierdan el próximo capítulo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Calleja style... ;)

Me gusta mucho la foto del rebeco de mornay.

Un besito!

Eva.

Anónimo dijo...

Qué grande rebeco de mornaaaaayyyy!! A día de hoy aún me sigo riendo...El rebeco concreto de esta foto parece que haya anidado. ¿Es posible que ponga huévers?

Ivancho dijo...

Ja, ja, ja, tú sí que tienes húevers Elena.